A veces cuando creamos un personaje no pensamos que va a tener tanta importancia como luego puede tener. A veces lo creamos como un simple personaje secundario y, ¡sorpresa! ¡Prácticamente se vuelve protagonista!
En mi caso, hay personajes que he creado que han cambiado por completo la trama de la novela. A veces parecen tener vida propia y acaban tomando las riendas de la escritura.
Creo que es importante seguir tus instintos y dejar que los personajes se manifiesten. Creo que se puede transmitir mucho con unos buenos personajes, ya que unos personajes sólidos y creíbles pueden conectar mejor con el público. A veces hay que indagar en la psicología de los personajes, conocerlos (no en vano los has creado tú) y ponerse en su lugar. Sólo de esta manera todo fluirá y las palabras saldrán de su boca antes de que te plantees los diálogos siquiera.
Recuerda que un buen personaje está lleno de matices. Tiene sus defectos y virtudes, sus miedos, sus ambiciones, deseos, inseguridades… Tú debes saberlo todo de él, llenar páginas y páginas con información relativa a él y aprender a ver a través de sus ojos. Sin embargo, ten en cuenta que no hay que revelar toda la información que sepas de él. Te sirve a ti para modelarle, pero sólo hay que revelar la información que de verdad interese al lector, la información restante te servirá a ti para darle forma.
Y tú, ¿has construido personajes que se han salido del papel? ¿Crees que es bueno dejarles volar?
Una buena narración gana o pierde fuelle por sus personajes. Se puede ser un genio de la descripción, pero el lector suele buscar empatía, identificación o un modelo. En mi caso, apoyo casi todo el peso de la narración en los personajes y los diálogos entre ellos. Puede parecer absurdo, siendo como son mi propia creación, pero alguna vez alguno me ha «trascendido», por decirlo así, se ha hecho más fuerte de lo que en inicio pretendía, y he terminado descubriendo, como por sorpresa, matices de él. O ella.
Soy de tu misma opinión. De hecho, me he llevado más de sorpresa con más de un personaje, que ha adquirido matices que yo no esperaba. Como dices, parece extraño porque nosotros los creamos, pero en muchas ocasiones ocurre.
Si, a veces los secundarios, enamoran
Muchísimas veces 😉
Nerea, como sabes cuando un personaje es el ideal o no? Saludos desde Venezuela…
Vaya, esa es una pregunta difícil. Imagino que cuando sabes detalles de él que nunca aparecerán en los libros, pero que te sabes de memoria. Cuando sabes perfectamente cómo reaccionaría ante ciertas situaciones y él te dirige a ti más de la cuenta. Espero que te sirva.
hola , estoy escribiendo una novela , pero tengo mucha dificultad al describir los lugares , con los diálogos , y como desarrollar la historia en el transcurso del tiempo , tengo la idea muy clara de lo que quiero pero, soy nueva en esto
podrías darme un consejo?
Te aconsejo prestar mucha atención a todo: cuando leas fíjate en lo que hacen los escritores y cómo llevan a cabo la novela. Incluso en el día a día, fíjate en cómo habla la gente, las motivaciones que tienen para hacer lo que hacen…
Ya lo puse en otro post, pero creo que los personajes están ahí, en nuestro subconsciente, y en un momento determinado son liberados.
En algunos casos sí que los tenemos que crear de la nada, pero los auténticos, los que tienen vida, son los que están ahí.
No obstante quisiera citar una frase que leí hace tiempo, que me encantó: «son representaciones artificiales de significado»
«Representaciones artificiales de significado», interesante, ¿podrías explicarlo mejor?
holá Nerea,estava yo hoy mirando los blogs,y usted me llamo mucha atencíon,fueste uno grito,uno despertar,em mi vida,para que yo,acurdase e pudesse escribir e realizar mis sueños,soy brasileño,no hablo espanol,mas me gusta mucho de usted,yo tengo mucha vontade de escribir mi novela,mis libros,mas no tengo coragem,tengo medo,de no ser aceito,pelas personas y pelo que escrebo.por favor me faça acreditar mas em mí.dando mas dicas ,besos
Muchas gracias, me alegra ser de utilidad 🙂
El personaje de Allan Karlsson, en El abuelo que saltó por la ventana y se largó, es genial.
Saludines