Hoy en día las editoriales reciben cientos de manuscritos cada día y parece una odísea que se dignen a leer el tuyo, mucho más que piensen en publicarlo. Por supuesto, no es imposible, pero para muchos escritores es desesperante seguir ese camino.

Por eso, cada vez más escritores deciden autopublicarse. Autopublicar es una decisión arriesgada y valiente, pero también tiene muchas ventajas. Sólo tú decides lo que quieres hacer con tu libro, sin necesidad de intermediarios. Si cuentas con los conocimientos necesarios, tú mismo puedes diseñar la portada, realizar la edición, maquetarlo, publicarlo en Amazon Kindle, fijar el precio y las royalties y… ¡voilà! Tú lo has hecho posible sin necesidad de nadie más. La satisfacción que produce eso es innegable: es un reto que muchos perseguimos.

En mi caso personal, no he enviado ningún manuscrito de mi novela a ninguna editorial. Desde el principio me ha seducido el mundo de la autopublicación y he tomado la decisión de seguir ese camino. Yo misma realizaré la edición, la maquetación y la conversión del archivo y una amiga diseñará la portada. Muchos me llamarán ilusa y me preguntarán por qué hago esto sin haber probado primero con editoriales. Lo hago porque me gustan los retos, porque me gusta ser emprendedora y ser yo la que me saque las castañas del fuego, la que lo promocione y se encargue absolutamente de todo. Me gusta tener esa libertad que las editoriales no te dan y ser yo la dueña de mi obra, no una editorial. Y es con mucha ilusión que he decidido tomar esta decisión, y con muchas ganas de terminar este proceso previo y publicar ya.

Son muchos los caso de éxito en Amazon: editoriales que buscan a autores noveles que han tenido éxito en Amazon Kindle. Parece una utopía, pero en muchos casos es cierta. Para mí eso es una realidad muy lejana, un sueño en el que apenas tengo puestas mis miras. Tengo la ilusión de hacer llegar mi novela a la gente, tener la satisfacción de que alguien me lee y disfrute con lo que he escrito. Nada más.

¿Ilusa? Tal vez, pero de sueños se vive. ¿Qué consejos me dais vosotros en este largo camino?