¿Cómo terminar con el bloqueo del escritor? Habrás leído cientos de artículos, pero lo cierto es que cuando el Síndrome del Impostor acecha es muy difícil que desaparezca. Y un día te das cuenta de que llevas 10 años sin poder escribir una novela.
He aprendido que el bloqueo del escritor empieza cuando cambia tu mentalidad
En mi caso, fue cuando en 2014, tras publicar mi segunda novela, me propuse escribir un libro al año. ¡Error! En el momento en el que me lo tomé como una obligación fue cuando mi bloqueo de escritora nació.
En ese momento comenzó la culpa. Pensé que ya no podía escribir, que quién era yo escribiendo consejos de escritura en un blog si yo ya no podía escribir. Dejé de escribir en el blog (que tenía mucho éxito) porque me sentía una impostora.
El patrón se repetía siempre: comenzaba a escribir una novela, me atascaba, la dejaba a medias y pensaba en otra idea para otra historia que me parecía más fácil. Comenzaba la nueva, veía que no me llenaba, volvía a la antigua, volvía a abandonarla… y así pasaron 10 años.
Incluso empecé a escribir la novela que me apasionaba, la historia que llevaba años rondando mi cabeza, con la que más ambiciosa he sido… y cuando llevaba ya un buen tramo escrito me volví a atascar porque creía que no estaba preparada para escribir el libro de la forma que se merecía.
No he abandonado ese proyecto, pero creo que no es el momento aún de embarcarlo, no con la mentalidad del Síndrome de Impostora tan instaurado.
Durante estos años he sentido que no merecía llamarme escritora, he pensado que la inspiración me había abandonado por completo. Me refugié en la poesía, en la que sí que me sentía a gusto, pero al cabo de los años empezó a pasarme exactamente lo mismo con la poesía: comencé a verla como una obligación y la inspiración me fue abandonando.
He aprendido que el perfeccionismo no es bueno y que la culpa no es una buena compañera para la escritura. Dejé de escribir para mí misma y en ese momento, en el que dejé de dedicarle tiempo a mi pasión sin mayores pretensiones, fue cuando el bloqueo de escritora comenzó.
No tengo soluciones mágicas ni una receta infalible para encontrar de nuevo inspiración para escribir. Pero sí que he cambiado mi actitud al respecto: amo escribir desde que tenía uso de razón, la escritura nunca me ha fallado. En algún momento volverá a acompañarme, pero no debo sentirme culpable por ello. Mi propósito este 2024 es escribir, aunque sean cinco palabras, y sentirme orgullosa por ello, no por la cantidad o el número de días que he escrito.
Porque debería ser feliz de seguir escribiendo tantos años después, de no haber fallado a la niña que con cinco años quería ser escritora. La vida ha cambiado, las obligaciones también, y no tiene sentido buscar la perfección en algo que debería ser pasión y no sufrimiento.
Se acabó imponerme objetivos inalcanzables, mi único objetivo es disfrutar escribiendo.
En 2023 he sido madre y es cuando menos tiempo tengo en el mundo. Pero mi mentalidad ha cambiado por completo y ahora sé que no debo abandonar algo que me llena tanto. Seguiré escribiendo, aunque sea una palabra al día, y algún día terminaré esa novela. No sé cuándo, pero no me sentiré culpable por ello.