Una vez que nuestra novela está terminada una pregunta acecha nuestras mentes: ¿qué hacer con ella?

Y es el momento en el que las dudas parecen ganar la batalla y nos debatimos un buen tiempo entre dar a conocer nuestro trabajo al mundo o llevarlo a la tumba con nosotros.

Antes de hacer que nuestra obra sea pública, debemos tener en cuenta que no todo es un camino de rosas. Puede que haya muchas sorpresas agradables en nuestras andaduras como escritores, pero también pueden haber muchas desgradables. Por eso, antes de hacer pública nuestra novela tenemos que considerar algunos aspectos:

1. No podremos borrar su huella. Por mucho que lo querramos después e intentamos deshacernos de las pruebas del delito, es una decisión que no tiene marcha atrás. Aunque tu novela ya no esté disponible, siempre habrá comentarios en Internet acerca de ella, reseñas, fotografías… La memoria de Internet es infinita.

2. Tenemos que estar satisfechos con ella. Este es un punto bastante polémico. Las personas que somos perfeccionistas nunca vamos a estar del todo satisfechos con nuestra novela, pero a lo que me refiero con este punto es que estar satisfecho con ella significa que estaremos de acuerdo con que se asocie nuestro nombre a ella, y, por lo tanto, nuestra marca personal.

3. Tenemos que estar preparados para las malas críticas. Es muy probable que las haya y debemos tener templanza para sobrellevarlas.

4. Debemos saber que tendremos que trabajar duro. Sacar una novela a la luz no es un camino fácil. Por eso, tenemos que ser conscientes de que es muy probable que no alcancemos el éxito que teníamos previsto.

Con esto no quiero desalentar a nadie. Yo estoy muy satisfecha con el camino que he tomado y me ha dado muchas alegrías, pero considero que es muy importante ser realista y saber a qué nos estamos enfrentando.

Para los que dudan en si hacer pública su novela o no: pensad que hay mucho que ganar y poco que perder. Y vosotros, ¿os estáis debatiendo entre publicar o no? ¿Tenéis algunos consejos para los indecisos?