Muchos pueden pensar que con sus geniales historias y su desbordante imaginación es suficiente. El libro se venderá sólo. Su idea es mejor que la de nadie.

Y están muy equivocados. Para que un libro guste al público no sólo tiene que tener una buena historia, sino que tiene que saber transmitirla correctamente.

Hay muchos talleres de escritura y cursos que te prometen ser el próximo autor de best-sellers. Pero lo que de verdad influye en nuestra propia escritura es lo que hemos leído previamente. Todo escritor ha sido un ávido lector. Debemos enfrascarnos en la lectura porque no se trata de copiar, se trata de aprender: las influencias son buenas y nos enriquecen como escritor.

Una de las cosas más importantes que debe tener en cuenta un escritor es que debe escribir para el lector. Puede parecer una obviedad, pero muchos la olvidan. Se escribe para ser leído, así que hay que facilitarle el proceso al lector. Piensa en los aspectos que disfrutas cuando lees un libro y trata de trasladarlos a tu propia escritura. No es difícil ponerse en el lugar del lector porque todos los escritores somos lectores experimentados (o deberíamos) y sabemos qué es lo que nos gusta y lo que no.

Ortografía, gramática, estilo… un buen escritor es un lector que es como una esponja: aprende de lo que lee y lo aplica en su escritura.

Y a vosotros, ¿os ha influido algún escritor en particular? ¿Pensáis que es importante que un escritor lea? Yo me declaro fiel admiradora de Jane Austen y Dostoievski y, aunque creo que mi forma de escribir dista mucho de la de ellos, creo que sí que me han influido bastante. Otra novela que creo que me ha marcado es Colmillo Blanco de Jack London porque fue la primera que leí, con 7 años, y me introdujo en el mundo literario.