A veces cuando creamos un personaje no pensamos que va a tener tanta importancia como luego puede tener. A veces lo creamos como un simple personaje secundario y, ¡sorpresa! ¡Prácticamente se vuelve protagonista!

En mi caso, hay personajes que he creado que han cambiado por completo la trama de la novela. A veces parecen tener vida propia y acaban tomando las riendas de la escritura.

Creo que es importante seguir tus instintos y dejar que los personajes se manifiesten. Creo que se puede transmitir mucho con unos buenos personajes, ya que unos personajes sólidos y creíbles pueden conectar mejor con el público. A veces hay que indagar en la psicología de los personajes, conocerlos (no en vano los has creado tú) y ponerse en su lugar. Sólo de esta manera todo fluirá y las palabras saldrán de su boca antes de que te plantees los diálogos siquiera.

Recuerda que un buen personaje está lleno de matices. Tiene sus defectos y virtudes, sus miedos, sus ambiciones, deseos, inseguridades… Tú debes saberlo todo de él, llenar páginas y páginas con información relativa a él y aprender a ver a través de sus ojos. Sin embargo, ten en cuenta que no hay que revelar toda la información que sepas de él. Te sirve a ti para modelarle, pero sólo hay que revelar la información que de verdad interese al lector, la información restante te servirá a ti para darle forma.

Y tú, ¿has construido personajes que se han salido del papel? ¿Crees que es bueno dejarles volar?