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Antes de comenzar con mi reseña de El cuento de la criada de Margaret Atwood me gustaría aclarar que vi primero la serie de televisión.
Lo hice mal: vi antes la serie que el libro. No suelo hacer esto porque siempre empiezo con la novela, pero en este caso me habían hablado tan bien de la serie que ni me pensé empezarla cuanto antes.
Lo advierto porque esto puede influir en mi percepción del libro, aunque estoy segura de que os gustará hayáis visto la serie o no.
Os dejo con su sinopsis:
«Unos políticos teócratas se hacen con el poder poniendo como excusa el terrorismo islámico y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como dictan las estrictas normas establecidas por la dictadura del país. Si Defred se rebela o no es capaz de tener hijos le espera la muerte o el destierro a unas Colonias en las que perecerá a causa de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla todos los aspectos de la vida de las mujeres: lo que comen, cómo visten, incluso su actividad sexual. Pero nadie puede mandar sobre el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Margaret AtwoodEsta distopia de Margaret Atwood da miedo. No lo podría describir con una palabra mejor porque es terror lo que se siente cuando lees las páginas de esta desgarradora historia.
Conectas con el personaje principal, Defred, pero también te metes de lleno en un ambiente y una época que no parece tan lejana. Lo que más asusta de este posible futuro es que podría ser realidad algún día.
El futuro que describe la autora (y eso que lo escribió en los años ochenta) se debate estos días con la polémica de los vientres de alquiler. Y es en este marco en el que Hulu lanza la serie basada en esta novela y que nos pone a todos los pelos de punta (HBO en España es quien la distribuye).
¿Qué pasaría si la infertilidad fuese algo generalizado en el mundo? ¿Sería el gobierno capaz de obligar a las mujeres fértiles a procrear? ¿Serían los ricos los que decidirían el futuro de las más pobres?
«Vivimos, como de costumbre, ignorando. Ignorar no significa lo mismo que ser ignorante. Nada cambia de la noche a la mañana: en una bañera en la que se fuese calentando el agua poco a poco morirías abrasado antes de que te dieses cuenta».
Margaret AtwoodLo que ocurre en este nuevo mundo sucede de manera gradual que los protagonistas no se esperaban ser esclavos de un gobierno que hacía tiempo que había dado señales de ser dictatorial.
Les ocurría a otras personas. A otras mujeres. Eran otros hombres los que lo hacían, ningún conocido que hiciese que ver las noticias se convirtiese en algo que preocupase. Y no preocupaba hasta que les ocurrió a ellos y tuvieron que dejar de mirar a otro lado.
Desde luego, El cuento de la criada de Margaret Atwood es una historia que nos deja un montón de reflexiones que podemos aplicar a nuestra época actual.
El final de la novela (no quiero hacer ningún spoiler) quizás nos deja con algunas preguntas, pero quizás son respondidas en la segunda temporada de la serie de televisión, que ya ha sido confirmada.
Es una historia que todo el mundo debería leer: no sólo es entretenida e impactante, sino que nos hace reflexionar como muy pocos libros lo hacen hoy en día.
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De verdad que suena interesante, intentaré conseguir la novela y además ver la serie
Saludos
No te vas a arrepentir 🙂
Desde muy joven,mi mayor anhelo era conseguir el libro que requería o necesita leer.
Fue así como comencé a formar mi biblioteca personal que al día de hoy supera los dos mil tomos. Esta familia de textos la conforman los clásicos de siempre, premios Nobel, Antologías, cuentos, poesía de todas las épocas, filósofos, historia universal, ficción científica, etcétera.
Llevo 20 años escribiendo. Tengo 4 libros a mi haber. Dos de ellos se han reeditado 3 veces.He participado en 25 Antologías de Argentina, Chile y España, con buenos resultados.
Amo el camino de las letras y de la buena música. Considero a esta senda infinita lo más importante en mi vida. Penas, sinsabores, frustraciones,soledad, amarguras…quedan cubiertas por la lectura y las melodías.
La felicito. Espero poder leer su novela.
Un abrazo desde Chile.
Osvaldo