Una de las ventajas de la autopublicación es que los autores tienen control absoluto de sus obras. Esto puede jugar a su favor o en su contra. Muchas veces los propios escritores no son capaces de desempeñar todas las tareas por sí solos porque no tienen la preparación necesaria para hacerlo. ¿Y qué hacer entonces? Contratar servicios editoriales parece la opción más acertada.

Sin embargo, estos servicios pueden ser muy caros para el bolsillo del escritor autopublicado. Demasiado en algunos casos, y por eso muchos optan por buscar alternativas gratuitas. Pero, ¿cuáles son los servicios más utilizados?

Las cifras nos dejan datos bastante interesante: los autores que obtienen ayuda externa ganan un 34% más que la media. Esta ayuda puede ser gratuita también (algunos tienen la suerte de tener amigos talentosos).

El servicio más demandado es el de diseño de portada. El 41% ha pagado a alguien para el mismo. No es de extrañar, ya que la portada es una de las claves de diferenciación de una novela.

Sin embargo, el 70% formatea su propio libro electrónico, siendo esta tarea una de las más complicadas. El 29% ha pagado a un editor para que revise su escrito.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Se necesita recurrir a estos servicios para obtener la calidad que los lectores quieren? Yo opino que siempre se debe recurrir a ayuda externa, aunque sea gratuita, ya que hay muchos detalles que se escapan de nuestros ojos y que pueden ser corregidos por otros. Mi portada me puede parecer fascinante, pero si un amigo diseñador gráfico me dice que daña a la vista, habrá que hacer algo por remediarlo.

¿Cuáles son vuestros consejos?

Fuente: Estudio Taleist